Jacek Leociak: El sueño de una Polonia sin pecado

Me parece una buena forma de despedir el año dando a conocer un artículo de Jacek Leociak (investigador del IBL PAN, Instituto de Investigación Literaria de la Academia Polaca de Ciencias, así como del Centrum Badań nad Zagładą Żydów, Centro de Investigaciones sobre el Holocausto, perteneciente también a dicha academia) que ha aparecido publicado estos últimos días de diciembre en el portal periodístico oko.press. El artículo se titula «El sueño de una Polonia sin pecado. El gobierno del PiS mira las relaciones judío-polacas».

Este año 2018 que acaba ha sido relevante en los temas que nos ocupan por dos motivos: por una parte, se han cumplido 50 años de los sucesos de marzo de 1968, por lo que esta efeméride ha estado en cierta medida presente durante este año en la vida cultural y política del país; por otra parte, el gobierno polaco presentó a principios de año una muy polémica reforma de la normativa del Instituto de la Memoria Nacional. Sobre ambas cosas –en realidad íntimamente unidas– ya escribimos en anteriores entradas del blog, pero resultan ahora interesantes los detalles que Leociak da en su artículo sobre otras acciones y reacciones del gobierno polaco durante este año 2018 relacionadas con la memoria histórica que son un muy buen reflejo de su política tan activa en esta materia.

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Captura de la cabecera del artículo (fuente: oko.press)

Como explicamos en las dos anteriores entradas de este blog, este año 2018 se han cumplido 50 años de los sucesos de marzo de 1968, sucesos que como ya comentamos tuvieron sus precedentes históricos (así como un cierto paralelismo que puede establecerse con la Shoá) y que, para Tomasz Żukowski (también investigador del IBL PAN), forman parte de un continuo que ha tenido y sigue teniendo un papel muy destacado en la formación de la propia identidad polaca: “El rango colectivo de la “fijación por los judíos” (…) proviene por un lado del hecho de que los fantasmagóricos “judíos” son un constituyente ajeno ante el cual se define la identidad propia”, señala este investigador en su libro ¿Violencia filosemítica? Nuevas narraciones polacas sobre los judíos después del año 2000.

Y es que el año 2000 es señalado también como el año en que la publicación de la investigación de Jan Tomasz Gross sobre los crímenes de Jedwabne (Vecinos, publicado también en español en 2002 por la editorial Crítica) produjo una gran conmoción en la opinión pública polaca porque puso al descubierto por primera vez un caso de participación activa de una población en la masacre de sus vecinos judíos. Señala Żukowski en su libro citado más arriba que “la conmoción del año 2000 parecía al principio una conmoción constructiva, una crisis que iba a llevar hacia una superación, un final que elige para si un nuevo comienzo”. Sin embargo, al final ha resultado que “cualquier iniciativa de análisis es percibida por los defensores de la imagen de Polonia invariablemente como inspirada o procedente de una amenaza exterior”.

Y así llegamos a diciembre de 2018, momento en que Jacek Leociak escribe al comienzo de su artículo «El sueño de una Polonia sin pecado»:

Es horriblemente fuerte la resistencia a aceptar las experiencias del Holocausto. No queremos acercarnos a ello. Podríamos chamuscarnos el pelo, las pestañas, quemarnos los dedos. Vamos a azucarar el Holocausto el tiempo que haga falta hasta que adquiera el aroma de nuestro heroísmo y nuestra firmeza.

Y justo en este año 2018 el gobierno de Polonia ha tomado (o ha intentado tomar) la medida más agresiva en su política de revisión de la Historia de las relaciones entre judíos y polacos durante la II Guerra Mundial. Dicha medida se materializó en la revisión de la normativa del Instituto de la Memoria Nacional (Instytut Pamięci Narodowej, IPN) que establecía persecuciones judiciales por el uso de la expresión “campos de concentración polacos”, así como por referencias explícitas a la atribución de crímenes de guerra en estudios históricos. Posteriormente, tras las presiones diplomáticas de Estados Unidos e Israel, el gobierno polaco se echó atrás en la penalización. Ante el pretendido éxito de las negociaciones con Estados Unidos e Israel proclamado por el gobierno polaco, Leociak ironiza al respecto: “El más claro éxito aquí apuntado es el retumbante eco de la fórmula “campos de concetración polacos” interminable e infinitamente repetida así como la profundización del descrédito del estado polaco”

Pero (y perdón por la larga introducción) el interés por dar a conocer este artículo de Jacek Leociak reside, a mi parecer, en que explica con detalle otras medidas y reacciones del gobierno que no han trascendido en la prensa internacional pero que reflejan, según palabras del autor, “la actividad del gobierno, que tiene como objetivo ordenar y disciplinar la memoria histórica de Polonia”.

Una medida ha sido el cese de la prestigiosa investigadora Barbara Engelking de la Międzynarodowa Rada Oświęcimska (Consejo Internacional de Auschwitz) que asesora al gobierno y ayuda al museo en sus actividades y su sutitución por Tomas Panfil,  profesor de la Universidad Católica de Lublin, que según Leociak ha llegado en un artículo  a escribir que la situación de los judíos tras la invasión nazi “no parecía muy mala” porque los nazis permitieron la creación de organismos autónomos como el Judenrat.

Una reacción ha sido el ataque público que Jarosław Szarek, presidente del IPN desde 2016, dirigió contra la publicación de Dalej jest noc. Losy Żydów w wybranych powiatach okupowanej Polski (Sigue siendo de noche. Destino de los judíos en algunos distritos escogidos de la Polonia ocupada). Según Leociak, se trata de una impecable investigación de 1640 páginas bajo la dirección de Barbara Engelking y Jan Grabowski que ha recorrido archivos polacos, israelíes, americanos, alemanes, ucranianos bielorrusos y rusos entre otras fuentes. Esta investigación fue acusada de falsedad desde su aparición “antes de cualquier intento de debate sobre el contenido del tema”.

Por otro lado, Leociak expresa su desconfianza ante el anuncio de Piotr Gliński, ministro de Cultura polaco, de crear un museo del Gueto de Varsovia, ya que fue este mismo ministro quien “recontruyó y repolonizó” el museo de la II Guerra Mundial de Gdańsk disolviendo el equipo de especialistas dirigidos por el profesor Paweł Machcewicz, que al parecer “no expresaba con suficiente fuerza el heroísmo sufrimiento polaco”. Leociak también critica el cartel que cuelga en dicho museo y en el que aparecen entre otras las figuras de Maksymilian Kolbe, Irena Sendlerowa y Witold Pilecki bajo los lemas (sic): “Ser polaco suena a orgullo. El mundo sería mejor si la gente de otros países se pareciera a los polacos».

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Cartel del Museo de la II Guerra Mundial de Gdańsk (fuente: newsweek.pl)

Sobre el anuncio de levantar el museo sobre el Gueto de Varsovia, declara Leociak: “Me da la impresión de que se trata de que las intenciones del gobierno parezcan limpias y nobles, especialmente en el contexto de la hemorragia de odio antisemita que dura desde la revisión de la normativa del IPN”. Por otra parte, intenta encontrar una explicación de por qué Daniel Blatman (profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén) ha aceptado dirigir este proyecto y al mismo tiempo se muestra excéptico de que Blatman consiga mantener una independencia de criterio para desarrollar dicho proyecto.

Por otro lado, al mismo tiempo que se anunciaba la creación de dicho museo en Varsovia, el ministro de cultura concedía 70 millones de zlotys a la fundación “Lux Veritas” para la creación de un gigantesco museo de la Memoria e Identidad en Toruń cuyo objetivo será la narración de los Justos polacos y de la salvación de judíos.

Que todos estos ejemplos sirvan de botón de muestra para hacernos ver la pugna por la narración de las relaciones históricas entre judíos y polacos que tiene lugar en la actualidad en Polonia.

Según Leociak, la estrategia nacionalista es llevar una “defensa mediante el ataque”, una suerte de contraofensiva:

Se trata de una acción que tiene un carácter de contraofensiva y que es una reacción ofensiva de defensa hacia todo lo que amenace la única versión justa de la Historia y de la identidad nacional. Vigila los debates consecuentes, como el que se inició tras la publicación del libro de Jan Tomasz Gross sobre la matanza de Jedwabne, que ha dejado de ser un debate para transformarse en una acción multidireccional y que sigue múltiples corrientes llevada a cabo por diferentes personas, círculos e instituciones que desean volver a lo que había antes de Gross, a conseguir neutralizar, invalidar y rechazar a este último.

Leociak concluye diciendo, entre otras muchas cosas:

El Holocausto lo llevaron a cabo los alemanes en tierras polacas y en presencia de la población polaca. Por eso es también una de las experiencias clave de los polacos en el siglo XX. Pero también es parte de la Historia del mundo, pertenece a la herencia de toda la Humanidad.

Por consiguiente no puede ser nacionalizada, monopolizada y captada en el marco de una ortodoxia partidista, ideológica o religiosa.

(…)

No es esta una sabiduría gozosa. Podemos darle la espalda, contrariala, hacer como si no nos afectara a nosotros, o también pulirla para que se convierta para nosotros en una sabiduría sólida y segura. (…). Todo esto por supuesto no se consigue hacer. Quedan pues tan solo hechizos, mistificaciones, celebraciones de rituales públicos (el Día Nacional de la Memoria de los Polacos Salvadores de Judíos bajo la ocupación alemana lo celebramos por primera vez el 24 de marzo de 2018).

A aquellos que pueden leer en polaco recomiendo una lectura completa del artículo. Aquellos que no lo pueden leer quizás encuentren alguna herramienta informática (siempre, por fortuna, bastante deficiente) que les ayude a leerlo o puede que incluso conozcan a alguien que esté interesado en publicarlo en español…

Feliz 2019 a los cuatro gatos (eso sí, dispersos por diversos países) que leéis o abrís las entradas de este blog.

Los fragmentos incluidos en esta entrada son una traducción libre de:

Jacek Leociak, “Sen o Bezgrzesznej. Rząd PiS patrzy na stosunki polsko-żydowskie” (“El sueño de una Polonia sin pecado, El gobierno del PiS mira las relaciones polaco-judías”), publicado el 26 de diciembre de 2018 en oko.press

Tomasz Żukowski, Przemoc filosemicka? Nowe polskie narracje o Żydach po roku 2000 (¿Violencia filosemítica? Nuevas narraciones polacas sobre los judíos después del año 2000).

4 comentarios en “Jacek Leociak: El sueño de una Polonia sin pecado

  1. Muy interesante esta nueva entrada, como siempre, y muy difícil el papel de Leociak y de otros como él que buscan que prime “la verdad histórica” y no la Historia edulcorada por el nacionalismo. Salvando todas las diferencias, te cuento que, por ejemplo, en el Pais Vasco un muy alto porcentaje de vascos asegura (así lo señalan las encuestas) que el principal factor para la desaparición de ETA fue la movilización ciudadana de los vascos cuando es sabido que solo el 30% acudió alguna vez a las manifestaciones contra ETA y solo el 7% lo hizo de manera recurrente. La “verdad histórica” suele interesar a muy pocas personas, y cuando se trata, además, de algo tan tremendo como la Shoá puedes imaginar que nadan contra corriente y con una enorme hostilidad ante sus palabras. Seguramente, tendrá que pasar muchas décadas más para que Polonia se reconcilie con su pasado, o quizás no lo haga nunca, como quizás tampoco suceda en el Pais Vasco. Pero hablar de ello es, en mi opinión, una obligación histórica. Así que muchas gracias de nuevo por permitirnos seguir un debate que va más allá de la experiencia concreta polaca.

    Muy feliz año para ti también, con todo mi afecto y gratitud por lo que nos aportas en este blog, algo verdaderamente único para los que te leemos.

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    1. Pues sí, tienes toda la razón del mundo, no hace falta que cada uno de nosotros (sea de donde sea) vaya muy lejos para encontrar este mismo problema de tergiversación de la memoria…
      Y también se da uno cuenta de la gran reponsabilidad que tienen los políticos con respecto a las políticas de de la memoria histórica.
      Otra vez, muy feliz año :):)

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  2. Gran entrada y, como siempre, muy interesante todo lo que informas y nos abres los ojos a los que desconocemos tales autores, obras y noticias, porque no llegan a España. Muchas gracias Emilio. No somos cuatro gatos con estos temas.. quizás somos cinco, jejejeje. Un feliz 2019 y fuerte abrazo.

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